sábado, 10 de junio de 2017

Respuesta a la carta de Lucía Galán Bertrand


Tras unos breves comentarios que el presentador de RTVE Javier Cárdenas hizo aludiendo a la posible relación entre las vacunas y el autismo, se ha desatado contra él la furia de derecha, izquierda, arriba y abajo. Medios tan dispares como Público o Libertad Digital coinciden en una brutal andanada contra Cárdenas con un ejército de blogueros y youtubers descalificando y repitiendo las consignas del poder sobre las vacunas. 

Estoy comentando en algunos medios y respondiendo a los pocos comentarios que utilizan argumentos por breves y manipulados que estén. Y por supuesto, he respondido en su blog a la pediatra Lucía Galán Bertrand. Copio aquí para difundir con más agilidad la respuesta a su carta.


Respondo a los tres argumentos que se dan en la carta:

1. “Las vacunas no causan autismo”.

Personalmente no considero que el conjunto de problemas de salud que se denomina “autismo” o “trastornos del espectro autista” tenga una única causa, cosa que por otra parte sucede con otros muchos problemas de salud.

Eso no significa que podamos denigrar el trabajo del Dr. Andrew Wakefield quien encontró una relación entre la triple vírica y desórdenes mitocondriales, una inflamación peculiar del intestino y el autismo. El trabajo publicado desató una persecución contra él que he investigado personalmente (https://www.dsalud.com/reportaje/las-vacunas-pueden-causar-autismo/) y que lo obligó a continuar su trabajo en Estados Unidos. Es interesante señalar que su colaborador el profesor Walker Smith fue también denostado y posteriormente ha ganado en los tribunales el juicio contra sus difamadores.
Por otra parte, numerosos equipos han llegado a conclusiones similares a las de Wakefield. Aquí pueden descargarse 132 artículos que relacionan las vacunas con el autismo: https://es.scribd.com/doc/220807175/132-Research-Papers-Supporting-the-Vaccine-Autism-Link

2. “No hay ninguna epidemia de autismo”.

No soy especialista y no voy a proponer yo el término adecuado. Pero las dimensiones del problema son estas: en la década de los 80 del siglo XX el autismo afectaba a 1 de cada 10.000 niños estadounidenses; actualmente se habla de 1 entre 80 y 90, y en constante aumento. Por otra parte, merece la pena señalar que en Islandia donde se administran 11 vacunas recomendadas la tasa actual de casos de autismo es de 1/1.100 o en Noruega, también con 11 vacunas, es de 1/2.000, mientras en Estados Unidos las vacunas administradas ascienden a 36.

3. “Las vacunas son seguras, no contienen mercurio, son efectivas y salvan cada año millones de vidas en el mundo”.

Todo indica que los peligros de las vacunas y su falta de eficacia se esconde al público. Poco a poco vamos conociendo la verdad. Por ejemplo, en 2011, documentos secretos obtenidos por la doctora Lucija Tomljenovic merced a la Ley de Libertad de Información revelan que los miembros del Comité sobre Vacunación e Inmunización que asesora al Gobierno británico sobre las vacunas así como varios ministros de Sanidad de los últimos treinta años conocían los graves peligros y la falta de eficacia de las mismas a pesar de lo cual las aprobaron e incluyeron en el llamado calendario vacunal británico ocultando información importante y trascendente al público (https://www.dsalud.com/reportaje/el-engano-intencionado-de-las-vacunas/). Es solo un ejemplo.

El hecho de que todos y cada uno de los miembros del Comité Asesor sobre vacunas de la Asociación Española de Pediatría tengan lazos financieros con los fabricantes de vacunas, no parece que garantice mucho la independencia y el rigor de su trabajo de asesoría.

Creo que ya está bien de repetir una y otra vez las mismas consignas y hacerlo aprovechando la credibilidad que el público en general le da a una persona que se presenta como pediatra.

Como usted sabe esta petición y otras muchas preguntas y críticas -planteadas desde la honestidad y el rigor y con la voluntad de ayudar a la gente a conocer la verdad- se las he hecho ya en numerosas ocasiones en su blog sin obtener hasta el momento otra respuesta que el silencio. Efectivamente, hablamos de vidas y de muertes… 

Es por eso un imperativo ético exigirle que aporte las pruebas pertinentes de sus afirmaciones o que rectifique y deje de dar lecciones y criminalizar en su blog a quienes, de modo responsable y documentado, deciden no vacunar y compartir sus conocimientos para que la gente pueda tomar decisiones libres y fundamentadas.


Más información sobre la persecución contra Wakefield y el encubrimiento de los CDC:

-- Aquí puede leerse el relato detallado de los hallazgos del Dr. Wakefield y la persecución que se desató contra él en Reino Unido:
https://www.dsalud.com/reportaje/las-vacunas-pueden-causar-autismo/

-- Aquí la crónica documentada del encubrimiento intencionado de la relación vacunas-autismo que los CDC llevaron a cabo falseando estudios y manipulando información:
https://www.dsalud.com/reportaje/timerosal-y-autismo-silencio-ocultacion-y-mentiras/

-- Aquí la confirmación del fraude: un científico de los CDC se arrepiente y confiesa la ocultación al tiempo que pide perdón a Wakefield y a las familias afectadas:
https://www.dsalud.com/reportaje/confirmada-la-farsa-de-los-cdc-las-vacunas-causan-autismo/

--Actualización sobre este caso:
http://medicalkidnap.com/2016/05/02/dr-brian-hooker-exposes-fraud-at-the-cdc-congress-refuses-to-hold-hearings/
https://www.focusforhealth.org/dr-brian-hooker-statement-william-thompson/
https://www.focusforhealth.org/is-science-dead/




Ediciones i / Llibres de l’Index, 2016.
Dr. Enric Costa Vercher / Jesús García Blanca